Cocinar un modo de amar
- Luis Carlos Velasco Morales
- 5 may 2019
- 1 Min. de lectura

Una de esas veces en las que la depresión hizo su aparición dramática en mi vida, llegué al apartamento y por inercia saqué algunas cosas de la nevera y empecé a cocinar sin pensar. A medida que iba pasando los minutos me fui sintiendo más tranquilo y feliz.
Ahí descubrí cómo cocinar se volvía una sesión terapéutica para la luchar por la vida. Y fue entonces cuando me di cuenta que tenía ese gusto por la cocina, por hacer platos diferentes y sobretodo por disfrutar cada segundo en la preparación. Me aficioné al canal Food Network, lo veía todo el tiempo. A veces sentía que perdía mucho tiempo a Giada De Laurentiis, una chef italoamericana hermosa y con unas recetas increíbles.
Y fue alrededor de la cocina que logré tejer grandes historias en mi vida, momentos maravillosos con amigos y el inicio a la relación amorosa que más alegría y dolor me ha generado.
Cocinar realmente es un arte donde se imprime una pizca de amor para todo aquel que disfruta el plato. Para mí, por ejemplo, se vuelve un momento sublime en el que entre condimentos e ingredientes le rindo honor a mi comensal.
Si eres de los que eres consciente de tu depresión, busca maneras para controlarla y pues deberías probar con la cocina, de verdad libera y distrae.
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