Durante la mañana de hoy mientras caminaba en la Plaza de Bolivar en Armenia, se me acercó un señor, que para esta historia lo vamos a llamar Leonardo.
Leonardo llegó con una camiseta roja desgastada, pantalón tipo jean azul, tenis rotos y una gorra del ejército. A penas obtuvo mi atención arrancó diciendo que acaba de salir de la cárcel porque habÃa matado a un hombre.
Por mi cuerpo pasó un frÃo que me dejó sin palabras y mi reacción fue darle la mano. No sabÃa qué decir o qué hacer, simplemente decidà oÃr.
-Hace 9 años maté al padrastro de mi hija porque la violó cuando tenÃa 8 años. Le rompió la pelvis y le destruyó su aparato reproductor, jamás podrá ser madre. - Me dijo.
Sentà ganas de llorar al oÃr su voz entre cortada y sobretodo ver sus ojos con ese dolor profundo. Seguà oyendo su historia y con cada palabra algo se me rompÃa algo por dentro.
Pagó 9 años por el asesinato, lo dejaron botado en Armenia. Era soldado y fue juzgado por la ley normal. Sus compañeros le robaron 2 años de sueldo haciéndose pasar por él mientras él morÃa de dolor allá encerrado aún cuando su hija lo necesitaba para calmar su profundo sufrimiento. Sumado a que el abogado que lo protegÃa le robó 16 millones de pesos para no hacer nada.
Ante todo esto lo único que pude hacer fue ayudarle para su pasaje a Neiva y darle un abrazo. Con esto no se le arregla la vida pero por lo menos podrá ver a la cara a su hija a quien por cosas del destino no ve desde hace 10 años.
Ahora cuánto dolor hay en el mundo y cuánto por hacer...