La torta de chocolate

El Rincón Francés en la Candelaria, Bogotá

Barridos los amores Y todos sus temblores, Barridos para siempre, Vuelvo a empezar de cero.

Ayer comprendí perfectamente esa frase de una imagen que vi en redes sociales que dice: cuando Dios borra algo de tu vida es porque va a escribir algo mejor. No sé quién es su autor, lo único que sé es que se vuelve real cuando nos damos la oportunidad de ver el mundo con otros ojos.

Y ayer caminando por el centro de mi amada Bogotá recordaba todo lo que ha sucedido en mi vida en medio de las tormentas. La gente maravillosa de la que me he alejado por tener la mirada puesta en algo que me desenfocó y casi me hace perder el camino. Pero es de aclarar que esto no es culpa de nadie, ya que finalmente somos quienes elegimos lo que nos pasa en la vida.

Y en medio de esas elecciones, decidí salir a tomar un café con alguien que apareció en un momento crucial. Y vaya sorpresa, es un ser cargado de buena energía y sobretodo de paz. Fuimos al Rincón Francés en la Candelaria por un café y una torta de chocolate.

Mientras mi tenedor se deslizaba por la torta de chocolate, oía sus palabras hacía mí que entraban como vitamina para el espíritu y sobretodo entraban llenando la vida de calma, esa misma que me hacía mucho no sentía. Y fui ahí donde comprendí que todo es pasajero, que la vida es un mar de momentos que nos enseñan y nos construyen, que nada de lo que pase debe tener tanta importancia como para perder el enfoque.

Simplemente hay que dejar fluir la luz del guerrero para que podamos iluminar el camino y ver cómo todo pasa dejándonos un mundo de aprendizaje y sabiduría. Es así que calma, para un momento, respira y date cuenta que todo tiene su razón de ser que cuando la entiendas sabrás lo afortunado que eres.

Pdta: Vayan a la exposición El testigo de Jesús Abad Colorado, comprenderán el país que somos y lo que somos.