Reconocer, perdonar y avanzar
- Luis Carlos Velasco Morales
- 24 abr 2019
- 2 Min. de lectura

Hoy ya me voy amor Y desearé que tengas un buen viaje Y no lloraré porque sé bien que yo intenté quererte
Y le dije no a ser feliz porque solo pensaba en ti
Tembloroso y con sudor en las manos decidí llamar al ExAmor para saber de su día y sobretodo para poder escucharle. Fueron 47 minutos lindos para comprender que era momento de reconocer, perdonar y avanzar.
Cuando se está con el dolor por una pérdida el cerebro nos va a llevar en un viaje oscuro donde nos moverá a su antojo en tres arquetipos de un triangulo dramático: la víctima, el salvador y el verdugo.
La víctima se da porque pensamos que estamos mal, que sufrimos porque nos tocó, no vemos la luz en el mundo y sentimos que vamos a morir. El salvador, por su parte, se da cuando inconscientes desvalorizamos al otro y necesitamos de su dependencia para sentirnos bien, nos volvemos serviles y se desarrolla ese deseo desenfrenado por dar y dar esperando que las personas actúen como quisiéramos. Finalmente está el verdugo, que surge cuando no somos capaces de mirarnos y vemos que el mundo está en nuestra contra y se culpa a todos de lo que nos sucede*.
Es así que ayer mientras hablaba con el ExAmor fui visibilizando estos arquetipos, los cuales no se pueden desaparecer en un abrir y cerrar de ojos, claramente, pero sí son la base para aprender y sacar a flote el guerrero, es decir, esa fuerza que nos lleva a creer en nosotros mismos respetando a los otros.
Por eso, hoy reconozco que cometí muchos errores en esa relación intentando justificarlos desde mi rol de verdugo, creyendo que las acciones del ExAmor eran razón para hacerlas, pensando que mis embarradas no eran importantes y acabando día a día con el sentimiento que había nacido ese 21 de agosto de 2017.
Ahora es momento de avanzar, de crecer y de ser feliz. Y saben será más fácil y suave porque cuando se identifica los errores y los aciertos, la vida se encarga de ponernos en el camino correcto, no por arte de magia sino como consecuencia de nuestro trabajo.
Por ello, ExAmor reconozco que te descuide y no fui la mejor persona, me perdono y decido avanzar... Te amo infinitamente pero tu camino ya está lejos del mío. Así que GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS por haber sido una gran huella en la historia de mi vida. Que este gran amor mute a una verdadera amistad fraterna...
*Una explicación más profunda de esta triada dramática la encuentra en el libro Después de la tempestad llega la calma de una gran mujer y terapeuta, Martha Esperanza Fonseca Chaparro.
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