Cada vez que miramos el retrovisor de la vida empezamos a pensar en lo que pudo haber sido pero que por mil razones no fue. Esta idea es la base para el texto de hoy.
Soy de mala memoria, y creo que cada vez que pasa el tiempo me vuelvo más olvidadizo y a veces hasta me preocupa. Sin embargo, hay situaciones del pasado que las recreo con olores, sabores y detalles, creo que a todos nos pasa. Pero, cuando se recuerda aquello y se siente el mismo dolor, ¿qué sentido tiene?
Pues como todos sabemos el pasado histórico, es decir, el minuto a minuto de lo que se vivió no se puede cambiar. Lo que sà se puede hacer es resignificarlo, darle otro rumbo, otro tono. No es tan difÃcil, lo que yo he hecho es hacer un listado de lo bueno y lo malo de la situación y como forma matemática sale lo lindo de ese momento. Y es ahà donde sale el aprendizaje que debes aplicar o si no estarás condenado repetir los desaciertos del pasado.
Cuando se aprende a resignificar el pasado, la vida se vuelve más agradable. Por eso, durante el viaje de trabajo al QuindÃo hice el ejercicio de ciertas situaciones que solo pensarlas me ponÃan triste y descubrà la razón, asà que ahora lo pienso de manera positiva.
Hoy alguien muy especial para mà me dijo que: "Sà por fortuna ya todo va fluyendo y se sale de la zona de confort" y eso me alegró mucho, porque saben esta persona se merece lo mejor del mundo. Pero además porque tiene razón, aveces el pasado nos ancla y nos deja ser. Asà que no dejes que las ideas del pasado te destruyan o se vuelvan obstáculos para realizar tus sueños. Eres todo lo que sueñas y hasta más.