Ver el mundo con los ojos de Jesús

Hace dos años acepté una propuesta laboral que no pensé que me fuera a cambiar la manera de ver la vida, el mundo y sobretodo a mí mismo.

El día de la entrevista empecé mal pues le fui cambiando el nombre a la persona que me atendió, fue chistoso, pero de verdad me dio muchísima pena. Yo no estaba seguro de querer entrar pues luego de mi paso por un seminario para formarme como sacerdote y de trabajar con una congregación religiosa, tenía muchos prejuicios de la iglesia y no me sentía tan comodo.

Sin embargo, acepté porque realmente el lema de la entidad me llegó a lo más profundo y entendí que era una manera de rendirle honor a mi pasado cuando deseaba ser sacerdote que anunciaba la buena nueva con los medios de comunicación.

Hoy soy afortunado en tener este empleo porque realmente puedo decir con orgullo y alegría que me pagan por hacer lo que me gusta. Esto no es un trabajo cualquiera es un laboratorio creativo donde a la fecha he podido realizar todo lo que se me ha ocurrido. He crecido como persona y como profesional. Entendí que esto es un medio que sirve como herramienta de acompañamiento a muchas personas que tienen tanto dolor y si podemos ayudarlas por qué reusarse.

Ver el mundo con los ojos de Jesús es la frase que durante estos dos años cambió mi vida. No lo digo como creyente fanático sino como ser que siente y le duele el dolor del otro. Y es por esto que mientras la vida me permita seguir en este canal seguiré insistentemente creando puentes para que los que ven este canal encuentren una manera amorosa de sanar sus heridas y hacer de sus vidas un mundo mejor.

Gracias Dios por enseñarme a ver el mundo con los ojos de Jesús.